La tarta de queso japonesa es un pastel ligero y esponjoso como el algodón que nada tiene que ver con el cheesecake tradicional.
No lleva una base de crujiente galleta como el New York cheesecake, las claras de huevo montadas le aportan esponjosidad, lleva menos azúcar y menos queso que la clásica tarta de queso, y al llevar harina se parece más a un bizcocho de queso.
Había visto por internet muchos vídeos de su elaboración, quedando un bizcocho muy esponjoso y tembloroso. Sí, se le conoce también como la tarta de queso que tiembla ya que cuando está caliente tiembla.
Pero he de confesar que a mí no me quedó ni tan alto ni tan tembloroso, pero rico sí que lo estaba, muy rico!
Aunque su elaboración no tiene mucha dificultad hay unos truquillos de especial relevancia:
-es preferible utilizar un molde estanco, es decir, no desmoldable para que no entre agua en él durante el horneado al baño maría. Si finalmente se utiliza uno desmoldable forrarlo bien con papel de aluminio para evitar que penetre el agua.
-una vez horneado, dejar el horno un poco abierto y que la tarta de queso se enfríe totalmente dentro del horno apagado.
INGREDIENTES
-250 gr de queso crema tipo Philadelphia
-100 ml de leche entera
-50 gr de mantequilla
-60 gr de harina normal
-20 gr de Maizena
-6 huevos L
-160 gr de azúcar
-una cucharadita de ralladura de limón
-una cucharada de zumo de limón
-una cucharadita de extracto de vainilla
-una pizca de sal
Para decorar
-azúcar glas
-frutos rojos
ELABORACIÓN
Precalentar el horno a 170º arriba y abajo sin ventilador
Separar las claras de las yemas. En un cazo calentar la leche, con el queso y la mantequilla hasta que se fundan y se mezclen bien.
Montar las claras a punto de nieve con la pizca de sal. Cuando estén casi montadas, añadir el azúcar en forma de lluvia y acabar de montar. Reservar
En un bol amplio, batir las yemas con el zumo de limón, la ralladura y la vainilla hasta que la mezcla esté un pelín espumosa
Tamizar juntas las harinas y añadirlas a la mezcla de yemas.
Añadir la mezcla de queso y batir con las varillas para que no se formen grumos. Para que quede más fina pasarla por un colador.
Añadir el merengue con cuidado y mezclarlo con la espátula con movimientos envolventes.
Coger un molde de 20 cm de diámetro, forrar el fondo con papel de hornear y engrasarlo.
Verter la masa en el molde, colocarlo en otra bandeja y hornearlo al baño maría, para ello añadir agua caliente en la bandeja hasta cubrir 1/3 parte del molde con la masa.
Hornear durante una hora, más o menos. Si se tuesta mucho la superficie, taparla con papel de aluminio.
Apagar el horno, abrirlo un poco y dejarlo enfriar dentro (una hora y media aproximadamente)
Desmoldar y guardarlo en la nevera.
Se puede espolvorear solamente azúcar glas o bien añadirle unos frutos rojos para que le den un toque fresco.
Yo la decoré con fresas, frambuesas y arándanos con azúcar glas espolvoreado, quedando una tarta deliciosa. Sólo deciros que no quedaron ni las migas.